Turno esta vez para el resumen de Matilda, la obra de Roald Dahl. Como siempre, incluimos un resumen general del libro y un resumen por capítulos de Matilda. Además, añadimos un comentario de texto y análisis de personajes de la obra, para que puedas repasar para tus exámenes. Si quieres descargar alguna parte en concreto, aquí tienes los botones:
ÍNDICE
- 1 Resumen de Matilda, de Roald Dahl
- 2 Resumen de Matilda por capítulos
- 2.1 Capítulo 1: La lectora de libros
- 2.2 Capítulo 2: El señor Wormwood, experto vendedor de coches
- 2.3 Capítulo 3: El sombrero y el pegamento
- 2.4 Capítulo 4: El fantasma
- 2.5 Capítulo 5: Aritmética
- 2.6 Capítulo 6: El hombre rubio platino
- 2.7 Capítulo 7: La señorita Honey
- 2.8 Capítulo 8: La Trunchbull
- 2.9 Capítulo 9: Los padres
- 2.10 Capítulo 10: Lanzamiento de martillo
- 2.11 Capítulo 11: Bruce Bogtrotter y la tarta
- 2.12 Capítulo 12: Lavender
- 2.13 Capítulo 13: El examen semanal
- 2.14 Capítulo 14: El primer milagro
- 2.15 Capítulo 15: El segundo milagro
- 2.16 Capítulo 16: La casa de la señorita Honey
- 2.17 Capítulo 17: La historia de la señorita Honey
- 2.18 Capítulo 18: Los Nombres
- 2.19 Capítulo 19: La práctica
- 2.20 Capítulo 20: El tercer milagro
- 2.21 Capítulo 21: Un nuevo hogar
- 3 Análisis de los personajes en el libro
- 4 Comentario de texto de la la obra
Resumen de Matilda, de Roald Dahl
La historia comienza explicando que a los padres a menudo les cuesta ver los defectos de sus hijos. Luego presenta a la familia Wormwood, que consiste en el Sr. y la Sra. Wormwood y sus dos hijos, Michael y Matilda. Los padres consideran a Matilda sólo una molestia y esperan deshacerse de ella lo antes posible. Matilda es extremadamente inteligente y ha aprendido a leer sola a los 3 años, pero sus padres la reprenden por ello.
Un día, Matilda le pide a su padre que le compre un libro, pero él se niega rotundamente, diciendo que en su casa ya tienen una televisión de 12 pulgadas. Entonces, Matilda comienza a ir por su cuenta a la biblioteca local, donde lee vorazmente novelas clásicas como Grandes Esperanzas y Jane Eyre. Los Wormwood siguen burlándose de ella por leer y obligándola a sentarse con ellos para ver la televisión, en lugar de dejarla leer en paz.
El Sr. Wormwood es vendedor de coches usados y cuenta con orgullo cómo engaña a sus clientes al alterar el kilometraje de los vehículos y hacer otros trucos deshonestos. Matilda lo reprende, diciendo que eso es hacer trampa, pero el Sr. Wormwood insiste en que nadie se hace rico siendo honesto. Matilda decide vengarse de las fechorías de sus padres con pequeñas travesuras inofensivas.
En la primera, pega el sombrero del Sr. Wormwood a su cabeza con pegamento muy fuerte, para que no pueda quitárselo. En otra ocasión, esconde un loro que sabe decir «No fastidies» en la chimenea, haciendo que los Wormwood crean que su casa está embrujada por un fantasma. Matilda continúa jugando este tipo de bromas a sus padres cada vez que se portan mal con ella.
Un día, el Sr. Wormwood presume ante Michael de las ganancias que ha hecho vendiendo coches ese día. Cuando Matilda calcula mentalmente la suma total de las ganancias con precisión, su padre insiste furiosamente en que ella debió haber hecho trampa. Matilda decide vengarse tiñendo el aceite capilar de su padre con el tinte rubio de su madre. Al día siguiente, el Sr. Wormwood aparece con el pelo teñido de un rubio sucio, para horror de la familia.
A pesar de las burlas de sus padres, Matilda se las arregla para sobrellevar su situación llevando a cabo estas pequeñas venganzas. Sigue demostrando ser mucho más inteligente que ellos, lo que le da cierto poder a pesar de ser sólo una niña pequeña en su familia.
La historia continúa contando los primeros días de Matilda en la escuela Crunchem Hall. Su profesora, la señorita Honey, queda muy impresionada con las habilidades matemáticas y de lectura de Matilda. La escuela está dirigida por la cruel directora Trunchbull que odia a los niños pequeños. Trunchbull tiene un armario llamado «La Ratonera» donde encierra a los niños a modo de castigo.
La señorita Honey visita a los padres de Matilda, los Wormwood, para hablarles de las capacidades de su hija, pero ellos no muestran interés y piensan que lo más importante es que una niña sea atractiva para conseguir un buen marido.
En el recreo, Matilda se hace amiga de Lavender. Otra niña llamada Hortensia les cuenta historias escalofriantes sobre la malvada directora Trunchbull y cómo ella ha pasado tiempo en La Ratonera por hacerle bromas crueles. Hortensia relata que Trunchbull solía lanzar martillo y aún usa esas habilidades para lanzar niños por el aire.
Ellas presencian cómo Trunchbull agarra a una niña llamada Amanda por sus coletas y la lanza por encima de la valla del patio, solo porque odia las coletas. Matilda y Lavender están horrorizadas con la directora. Como la señorita Honey no ha convencido a los Wormwood de fomentar el talento de Matilda, decide darle libros avanzados para que aprenda sola durante las clases.
Matilda se absorbe en los libros sobre literatura, geometría y francés. Ella y Lavender pasan más tiempo con Hortensia, que les relata más horribles historias sobre Trunchbull. Un día Lavender se ríe cuando Hortensia imita a la directora y Trunchbull la oye. Decide castigarla metiéndola en La Ratonera.
Matilda está furiosa con el trato injusto de Trunchbull. Se le ocurre un plan brillante para vengarse pintando la casa de Trunchbull. Lo llevan a cabo con éxito, pero tienen que huir cuando la directora llega antes de lo esperado. Al día siguiente, Trunchbull encierra a Lavender en La Ratonera acusándola sin pruebas. Matilda oye angustiada los gritos de Lavender.
El libro continúa con Matilda y su amiga Lavender discutiendo sobre las crueles acciones de la directora Trunchbull, como tirar a una niña por los pelos o hacer comer una enorme tarta a Bruce Bogtrotter.
Al día siguiente, la directora Trunchbull hace una de sus visitas semanales a la clase de Matilda. Allí intimida y maltrata a varios niños, incluyendo a Nigel, Eric y Rupert. Los acusa de tener las manos sucias, no saber las tablas de multiplicar y deletrear mal. La señorita Honey, la maestra de Matilda, observa impotente los abusos.
Cuando la Trunchbull se dispone a beber agua de una jarra, una salamandra que Lavender había puesto cae dentro del vaso. La Trunchbull se asusta y acusa injustamente a Matilda de haber hecho la broma. La amenaza con expulsarla. Matilda se enfada mucho por la injusticia y, misteriosamente, hace que el vaso se vuelque sobre la directora usando sus ojos.
Matilda le cuenta este extraño suceso a la señorita Honey. Al principio no le cree, pero cuando Matilda vuelve a volcar un vaso usando sus ojos, la maestra se queda atónita. Matilda parece entrar en un estado de trance cuando usa sus poderes. La señorita Honey invita a Matilda a merendar para hablar más sobre este asombroso don que tiene.
La señorita Honey se reunió con Matilda fuera de la escuela y caminaron juntas por la calle del pueblo. Pasaron por diferentes tiendas y llegaron al otro lado del pueblo, a una estrecha carretera rural donde ya no había gente. Ahora que estaban solas, Matilda se volvió muy comunicativa y le contó a la señorita Honey sobre su habilidad para mover objetos con la mente. Le dijo que podía volcar vasos y otras cosas pequeñas, e incluso objetos más grandes como mesas y sillas con gente sentada en ellas. La señorita Honey le advirtió que debían tener cuidado ya que estaban jugando con fuerzas desconocidas que podrían ser peligrosas. Matilda estaba emocionada y no le preocupaba, pero la señorita Honey insistió en que debían proceder con precaución.
Llegaron a una pequeña puerta verde que daba a la casa de la señorita Honey. Era una casita diminuta de ladrillo rojo que parecía sacada de un cuento de hadas. La señorita Honey recitó un poema antes de entrar que comparaba la casa con el hogar de Caperucita Roja. Dentro, la casita estaba casi vacía, con sólo unas cajas que hacían de mesa y sillas. No había muebles ni cuadros en las paredes. Matilda estaba horrorizada al ver las humildes condiciones en las que vivía su maestra.
En la pequeña cocina, la señorita Honey preparó té y pan con margarina para merendar. Matilda se preguntaba por qué la maestra vivía en la pobreza. La señorita Honey le contó que ella era la excepción y los otros maestros no vivían así. Matilda siguió haciendo preguntas inocentes hasta que la señorita Honey se puso tensa y Matilda se dio cuenta de que había un misterio detrás de su situación.
La señorita Honey decidió contarle su historia a Matilda. Le explicó que cuando ella nació, su padre era médico en el pueblo y vivían en una gran casa en el bosque. Pero su madre murió cuando ella tenía dos años, así que su padre invitó a vivir con ellos a la hermana soltera de su madre para que cuidara de la niña. La señorita Honey odiaba a esta tía desde el principio. Luego, cuando ella tenía cinco años, su padre también murió repentinamente. Se rumoreaba que se había suicidado, pero la señorita Honey sospechaba que su tía lo había asesinado. Después de eso, su tía se convirtió en su tutora legal y en la dueña de la casa. La trataba muy mal, la aterrorizaba y abusaba de ella, convirtiéndola en su esclava.
La señorita Honey creció completamente dominada y atemorizada por esta tía. Tuvo que hacer todas las tareas domésticas y atender sus necesidades. A pesar de ser una buena estudiante, no pudo ir a la universidad porque su tía la necesitaba en casa. Sólo la dejó asistir a una escuela de magisterio cercana si volvía temprano a cocinar y limpiar para ella. Cuando la señorita Honey finalmente consiguió trabajo como maestra, su tía le dijo que le debía miles de libras por criarla, y arregló que su salario fuera directo a su cuenta bancaria, dejándole solo una libra por semana para gastos.
Un día, la señorita Honey encontró la pequeña casita donde ahora vivía y decidió alquilarla sin decírselo a su tía. Finalmente reunió el coraje para enfrentarla y escapar. Con sólo una libra por semana, se las arreglaba para vivir comprando petróleo para calentarse, leche, té y pan. Comía bien en la escuela así que no necesitaba más. Matilda se sintió muy inspirada por el coraje de la señorita Honey.
Hablaron sobre la casa grande que debería haber sido heredada por la señorita Honey, pero su tía presentó un documento falso diciendo que el padre se la había dejado a ella. Sin el testamento original, la señorita Honey no tenía cómo probar que la casa era suya. Matilda sugirió que contratara un abogado para impugnar el documento falso, pero la maestra no tenía dinero para eso. La señorita Honey reveló que su tía malvada era en realidad la temida directora Trunchbull.
La señorita Honey advierte a Matilda que tengan cuidado cuando la señorita Trunchbull les dé clase ese día. Cuando llega, la señorita Trunchbull interroga a Wilfred sobre la tabla del 3 pero de forma confusa. Lo levanta del suelo de un tobillo y Nigel grita que la tiza se está moviendo sola en la pizarra. Está escribiendo el nombre de la señorita Trunchbull, Agatha, lo que la hace desmayarse. La llevan a la enfermería y al día siguiente no va a la escuela. El director va a investigar y descubre que se ha ido de la ciudad.
Luego la señorita Honey recibe una carta de un notario informándole que han encontrado el testamento de su padre. Resulta que ella es la verdadera dueña de la casa donde vivía la señorita Trunchbull y también de los ahorros de su padre. La señorita Honey se muda a esa casa, donde Matilda la visita a menudo. En la escuela, el señor Trilby reemplaza a la señorita Trunchbull como director, y Matilda es transferida a un curso superior. Un día, Matilda le cuenta a la señorita Honey que ha perdido sus poderes telequinéticos ahora que su mente está ocupada con las clases más avanzadas.
Una tarde, cuando Matilda regresa a casa, encuentra a sus padres haciendo maletas apresuradamente. Le dicen que se van a España para siempre en media hora. Matilda no quiere ir e intenta convencerlos de que la dejen quedarse con la señorita Honey, pero ellos no la escuchan. Matilda va corriendo a decirselo a la señorita Honey, y ésta le explica que su padre está metido en una red de coches robados. Cuando llegan a la casa, los padres de Matilda acceden fácilmente a dejarla con la señorita Honey. Finalmente se van y Matilda por fin tiene el hogar cariñoso que siempre quiso.
Resumen de Matilda por capítulos
Aquí está el resumen por capítulos de Matilda, de Roald Dahl:
Capítulo 1: La lectora de libros
En el primer capítulo de «Matilda», nos adentramos en la vida de una niña prodigio con una mente extraordinariamente aguda y una habilidad asombrosa para aprender. Matilda, hija de los desinteresados señores Wormwood, se destaca por su inteligencia y sensibilidad, características que sus padres pasan por alto.
A pesar de ser una niña excepcional, Matilda se enfrenta a la indiferencia de sus padres, quienes consideran su existencia poco más que una molestia. Su hermano mayor, Michael, es completamente normal, lo que agrava la falta de aprecio de sus padres hacia Matilda.
La narrativa se adentra en la peculiaridad de las relaciones familiares y destaca cómo los padres, a pesar de cualquier evidencia contraria, a menudo ven a sus hijos a través de lentes de admiración desmedida. Los Wormwood, sin embargo, son de los padres que muestran poco interés en sus hijos, especialmente en Matilda, a quien consideran como una postilla que desearían quitarse de encima.
Matilda, desde una edad temprana, muestra una fascinación por la lectura. A la edad de tres años, ya habla perfectamente y a los cuatro, ha aprendido a leer por sí misma, utilizando periódicos y revistas que encuentra en su casa. Su ansia de conocimiento y su deseo de explorar mundos más allá de los libros infantiles la llevan a la biblioteca pública del pueblo.
En la biblioteca, Matilda conoce a la señora Phelps, la amable bibliotecaria que se sorprende al ver a una niña tan pequeña interesada en libros más avanzados. La conexión entre Matilda y la señora Phelps se desarrolla a medida que descubren la pasión compartida por la lectura. Matilda, con solo cuatro años y tres meses, revela su capacidad para comprender obras literarias complejas.
A lo largo de los meses, Matilda devora una lista impresionante de libros, incluyendo obras de Charles Dickens, Charlotte Brontë, Jane Austen, y otros autores destacados. La señora Phelps, testigo de la habilidad única de Matilda para apreciar la literatura, se convierte en su cómplice silenciosa.
El capítulo también pinta un cuadro sombrío de la vida cotidiana de Matilda en casa. Mientras su hermano va a la escuela y sus padres están ocupados con sus propias actividades, Matilda se queda sola la mayor parte del tiempo. Su refugio se convierte en la biblioteca, donde encuentra consuelo en los mundos imaginarios y personajes extraordinarios que descubre a través de la lectura.
La historia destaca la ironía de tener una niña tan talentosa en una familia que no puede apreciar su brillantez. Matilda, a pesar de la falta de atención y afecto en su entorno familiar, encuentra en los libros un escape y una conexión especial con el mundo que la rodea.
Capítulo 2: El señor Wormwood, experto vendedor de coches
El segundo capítulo de «Matilda» nos presenta al señor Wormwood, el padre de Matilda, como un experto vendedor de coches de segunda mano. La familia Wormwood vive en una casa bonita con tres dormitorios en la planta superior y, aparentemente, llevan una vida cómoda gracias al negocio del padre.
Matilda, siempre curiosa, indaga sobre el éxito de su padre, quien revela uno de los secretos de su negocio: el serrín. El señor Wormwood explica con orgullo cómo utiliza serrín en la caja de cambios de los coches para hacer que parezcan suaves y en buen estado, engañando así a los compradores.
La narrativa nos presenta a un señor Wormwood malhumorado y poco ético en sus prácticas comerciales. Su actitud despectiva hacia Matilda no ha cambiado, y la trata con desdén, llamándola ignorante y estúpida. La madre, por su parte, respalda a su esposo y reprende a Matilda por cuestionar sus acciones.
El capítulo revela la falta de moralidad del señor Wormwood al explicar otro de sus trucos: manipular el cuentakilómetros de los coches para reducir artificialmente el kilometraje y hacer que parezcan casi nuevos. Aunque el señor Wormwood se enorgullece de sus engaños, Matilda encuentra estas prácticas repugnantes y deshonestas.
La escena culmina con una confrontación entre Matilda y su padre, donde ella expresa su disgusto por sus acciones. La decisión de Matilda de tomar represalias contra sus padres se gesta, mostrando su determinación a pesar de su corta edad.
El capítulo también retrata la dinámica familiar disfuncional de los Wormwood mientras cenan frente al televisor. Matilda, sintiéndose alienada y despreciada, busca refugio en la lectura, lo que provoca la ira de su padre, quien insiste en mantener la cena como una «reunión familiar».
Matilda, a pesar de su tierna edad, comienza a formar estrategias para enfrentarse a la injusticia de sus padres. Su deseo de justicia y su resistencia ante la falta de aprecio en su hogar delinean el desarrollo del personaje y establecen las bases para futuros conflictos en la historia.
Capítulo 3: El sombrero y el pegamento
En este tercer capítulo de «Matilda», la travesura de Matilda continúa cuando decide jugarle una broma a su padre, el señor Wormwood. Antes de que él se fuera al trabajo, Matilda utiliza pegamento en el sombrero que su padre lleva todos los días. Este sombrero, de copa baja y plana con una pluma de ave, es una fuente de orgullo para el señor Wormwood, quien lo considera parte de su imagen atrevida y elegante.
Matilda aplica el pegamento de manera estratégica, calculando el momento justo para que su padre no lo note de inmediato. El resultado es que el sombrero queda pegado a la cabeza del señor Wormwood y no puede quitárselo al llegar a su garaje de coches de segunda mano.
El señor Wormwood intenta salvar las apariencias, llevando el sombrero todo el día con actitud descuidada, como si fuera intencionado. Sin embargo, al regresar a casa, su mujer, la señora Wormwood, trata de ayudarlo a quitarse el sombrero, sin éxito. Matilda observa con interés la situación desde su lugar, disfrutando del caos que ha causado.
La familia se enfrenta a la realidad de que el pegamento es un producto muy fuerte, y el sombrero no se desprende. Durante la cena y frente al televisor, el señor Wormwood continúa con el sombrero pegado, creando una imagen ridícula y manteniendo un silencio incómodo.
La señora Wormwood sugiere que el pegamento podría haber sido causado por la intención del señor Wormwood de pegar otra pluma en su sombrero. Sin embargo, él niega haber tocado ese «asqueroso producto». Matilda interviene, compartiendo una anécdota sobre un niño que quedó con el dedo pegado debido al pegamento. La tensión aumenta en la familia Wormwood.
Finalmente, la señora Wormwood corta el sombrero para liberar a su esposo, dejándolo con un aspecto cómico y despeinado. La experiencia no parece enseñarle una lección al señor Wormwood, quien, a pesar de las consecuencias, continúa siendo el mismo hombre deshonesto y orgulloso de sus artimañas.
Capítulo 4: El fantasma
Después del episodio del pegamento, el hogar de los Wormwood experimentó una calma relativa durante algunas semanas. Sin embargo, el señor Wormwood, experto vendedor de coches, volvió a sus malas costumbres después de un día desfavorable en el garaje.
El capítulo nos muestra cómo Matilda, a pesar de su corta edad, se enfrenta a la actitud despectiva de su padre hacia la lectura. En un acto impulsivo, el señor Wormwood destruye un libro prestado de la biblioteca de la señora Phelps, desatando la ira de Matilda.
Determinada a tomar represalias, Matilda elabora un plan para asustar a sus padres. Aprovechando el loro parlante de su amigo Fred, llamado Chopper, Matilda lo lleva a casa sin ser vista y lo coloca en la chimenea del comedor. Cuando el loro salta con un inesperado «¡Hola, hola, hola!», simula un fantasma para asustar a su familia.
La reacción de los Wormwood es cómica y dramática a la vez. Convencidos de la presencia de un fantasma, Matilda y su familia irrumpen en el comedor con armas improvisadas, solo para descubrir que el «fantasma» es el loro de Fred. Matilda, hábil actriz, les hace creer en la existencia de una entidad paranormal en la casa.
El capítulo ilustra la aguda inteligencia y la capacidad de Matilda para contraatacar cuando se siente injustamente tratada. Su determinación para desafiar la injusticia se manifiesta en su ingenioso plan con el loro parlante. Además, la historia revela la disfunción y la ignorancia de la familia Wormwood.
Matilda logra rescatar al loro y devolverlo a Fred, mientras que sus padres, a pesar del susto, quedan en la creencia de que la casa está encantada. La narrativa subraya la astucia y el ingenio de Matilda, sentando las bases para futuros enfrentamientos con sus padres.
Capítulo 5: Aritmética
La protagonista anhela que sus padres sean mejores de lo que realmente son: buenos, cariñosos, comprensivos, honrados e inteligentes. A pesar de esta frustración, Matilda ha ideado un juego para castigar a sus padres cada vez que se comportan de manera repugnante, lo cual le proporciona cierto alivio en su vida.
Aunque Matilda es joven, su ingenio es su única arma contra su familia disfuncional. A pesar de superarlos en inteligencia, se ve obligada a seguir las órdenes de sus padres. La narrativa destaca el deseo de Matilda de desafiar la injusticia y encontrar una válvula de escape a través de sus castigos ingeniosos.
El capítulo se centra en una lección de aritmética dada por el señor Wormwood a su hijo, quien pronto estará involucrado en el negocio de venta de coches de segunda mano. El padre, con su actitud fanfarrona, revela sus trucos para engañar a los clientes, como el uso de cifras no redondas y la manipulación de cuentakilómetros.
Matilda, con su aguda inteligencia, interviene y sorprende a su padre al calcular mentalmente los beneficios del día, mostrando una vez más su astucia. Sin embargo, el señor Wormwood, incapaz de aceptar la habilidad de su hija, la acusa de hacer trampa y de haber leído su hoja de cálculos, a pesar de estar en el otro lado de la habitación.
La confrontación entre Matilda y su padre se intensifica, y la llegada de la madre con la cena interrumpe el conflicto. La escena muestra la tensión en la familia Wormwood, donde la madre parece indiferente y agotada, trayendo una cena comprada en lugar de prepararla en casa.
El capítulo concluye con el señor Wormwood pidiendo que enciendan la televisión para evitar más discusiones. La astucia de Matilda y su resistencia ante la injusticia resaltan su carácter único y la firmeza con la que enfrenta los desafíos en su entorno familiar.
Capítulo 6: El hombre rubio platino
La protagonista decide tomar represalias contra su padre por sus prácticas comerciales deshonestas. Mientras come con su familia, Matilda ideaba formas de castigarlo y finalmente opta por una venganza que involucra los productos de belleza de sus padres.
Matilda, madrugadora y decidida, visita el cuarto de baño y ejecuta un ingenioso plan. Utiliza el tinte rubio platino de su madre y el tónico capilar de su padre para alterar el contenido del frasco del ACEITE DE VIOLETAS. Este último, que el padre utilizaba para mantener su «espléndida cabellera negra», termina convirtiéndose en un producto desastroso para su apariencia.
A la hora del desayuno, la familia Wormwood se encuentra en el comedor. Cuando el señor Wormwood entra, la madre nota el cambio en su pelo y estalla en histeria. La escena se vuelve cómica mientras todos reaccionan al repentino cambio de color en el cabello del padre, que ahora presenta un tono plateado sucio.
Matilda, observando en silencio, revela su triunfo al padre, sugiriendo que ha confundido los productos en el cuarto de baño. La madre se une al caos, criticando la aparente torpeza de su esposo y anticipando consecuencias desastrosas para su pelo.
La madre sugiere que el padre se lave el pelo rápidamente para minimizar el daño, pero la situación se complica cuando descubre que el padre ha usado peróxido, un químico fuerte. La madre teme la pérdida de pelo, y Matilda sugiere teñirlo de negro después del lavado.
La hilaridad continúa mientras el padre, desesperado, busca una solución. Pide una cita urgente con el peluquero y se retira rápidamente para intentar solucionar su desastre capilar.
Matilda, con su astucia infantil, demuestra que incluso los adultos no son inmunes a las consecuencias de sus acciones. Este episodio destaca la capacidad de Matilda para enfrentarse a la injusticia y su ingenio para encontrar maneras creativas de lidiar con su entorno.
Con el pelo del padre convertido en un desastre, el capítulo cierra con Matilda observando cómo su madre llama al salón de belleza, dejando entrever las lecciones sobre la inteligencia y las decisiones de los hombres.
Capítulo 7: La señorita Honey
Matilda inicia la escuela a los cinco años y medio en la Escuela Primaria Crunchem, un edificio sombrío dirigido por la temible señorita Trunchbull. En su clase, la señorita Honey, una joven maestra amable, se encarga de Matilda y otros dieciocho niños. La protagonista sorprende a la señorita Honey con sus habilidades avanzadas en matemáticas, mostrando un dominio extraordinario de la tabla de multiplicar.
La señorita Honey, intrigada, explora más a fondo las habilidades de Matilda, descubriendo que también es una lectora excepcional, deletrea con facilidad y tiene talento para la poesía. A pesar de su corta edad, Matilda ha leído extensamente y muestra un asombroso sentido común. La clase, sorprendida, comienza a congeniar con Matilda, quien revela su capacidad para escribir quintillas humorísticas, incluida una sobre la propia señorita Honey.
La profesora, asombrada y encantada, elogia la habilidad de Matilda y le pide que recite una quintilla sobre ella. Matilda, nerviosa pero obediente, recita una ingeniosa quintilla que provoca risas en la clase. La maestra, completamente impresionada, continúa explorando el talento único de Matilda, quien revela sus preferencias literarias, destacando su amor por Charles Dickens.
La clase llega a su fin, pero la señorita Honey queda fascinada por la extraordinaria niña. Matilda, con su sabiduría más allá de su edad, ha dejado una profunda impresión en la clase y en la maestra.
Capítulo 8: La Trunchbull
En este capítulo, la señorita Honey, emocionada por el extraordinario talento de Matilda, sale de su clase y se dirige al despacho de la temida directora Trunchbull. La maestra, a pesar de temer a la directora, está decidida a proponer el traslado de Matilda a una clase superior debido a sus excepcionales habilidades.
La directora Trunchbull, una figura imponente y autoritaria, se muestra desde el principio hostil y desconfiada. Su apariencia física, con músculos notables y un atuendo peculiar, refleja su personalidad intimidante. La señorita Honey, a pesar de sus temores, llama a la puerta y entra valientemente para plantear su propuesta.
Durante la conversación, se revela la aversión de Trunchbull hacia los niños y su total desprecio por las cualidades de Matilda. La directora, enojada y segura de sus propias percepciones, se niega rotundamente a considerar el traslado de Matilda, argumentando que la niña es una «pequeña víbora» según el testimonio del padre.
A pesar de los esfuerzos de la señorita Honey para destacar las habilidades genuinas de Matilda, la directora Trunchbull mantiene su posición inflexible. La conversación se torna tensa, y la directora incluso expresa su deseo de castigar a Matilda con métodos antiguos, como el látigo y el cinto.
La señorita Honey, aunque desilusionada por la falta de comprensión de Trunchbull, se retira del despacho con la firme convicción de hacer algo por Matilda. La niña enfrenta no solo la adversidad académica sino también la hostilidad de la directora, y la maestra está determinada a encontrar una manera de ayudarla.
Capítulo 9: Los padres
La señorita Honey, al salir del despacho de la directora, decide abordar la educación avanzada de Matilda. Pide prestados libros de álgebra, geometría, francés y literatura inglesa para la niña prodigio. Durante la clase, la maestra propone a Matilda estudiar mientras ella enseña a los demás. La niña acepta con entusiasmo.
La señorita Honey toma la decisión de hablar con los padres de Matilda y mostrarles el extraordinario talento de su hija. Al llegar a la casa de los Wormwood esa noche, se encuentra con un ambiente poco receptivo. A pesar de las interrupciones de un programa de televisión, la profesora expone las habilidades excepcionales de Matilda en lectura, matemáticas y su amor por la literatura.
La reacción de los padres es indiferente y despectiva. Consideran que la belleza es más valiosa que la inteligencia y minimizan el talento de Matilda. La señorita Honey insiste en la importancia de su educación y propone clases privadas para desarrollar su potencial. Sin embargo, los padres se muestran cerrados a la idea, menospreciando la educación universitaria y rechazando la sugerencia de la maestra.
A pesar de sus esfuerzos, la señorita Honey se retira de la casa con la sensación de que los Wormwood no aprecian el extraordinario don de Matilda. La brecha entre la percepción de la maestra y la actitud de los padres deja un ambiente tenso y la incertidumbre sobre el futuro académico de la talentosa niña.
Capítulo 10: Lanzamiento de martillo
En el décimo capítulo, Matilda revela más sobre la vida en la Escuela Primaria Crunchem y la draconiana directora, la señorita Trunchbull. Aunque Matilda, a primera vista, parece una niña normal, su increíble inteligencia la destaca. A pesar de esto, Matilda logra hacer amistad con otros niños, destacando su relación con Lavender, una niña aventurera.
La narrativa se centra en Hortensia, una estudiante mayor, quien comparte sus experiencias desafiantes con la Trunchbull. Hortensia relata cómo jugó una broma ingeniosa a la directora, vertiendo jarabe en su silla durante los rezos, lo que resultó en un castigo severo en La ratonera.
La introducción de La ratonera, un armario angosto y desagradable, donde los castigos son inhumanos, revela aún más la crueldad de la Trunchbull. Hortensia también comparte anécdotas sobre sus tácticas para desafiar a la directora, como espolvorear polvos de picapica en su ropa interior.
La historia toma un giro impactante cuando la Trunchbull castiga a Amanda Thripp por llevar coletas, lanzándola literalmente como si fuera un martillo. La descripción gráfica de este evento, con detalles sobre las coletas, la reacción temerosa de Amanda y su vuelo por el aire, agrega un elemento impactante al capítulo.
Los detalles sobre la Trunchbull, ex lanzadora de martillo olímpico, y sus métodos brutales para mantener la disciplina en la escuela, crean una atmósfera de miedo. Matilda y Lavender observan con incredulidad y temor la locura de la directora, planteando la pregunta de por qué los padres no protestan contra sus acciones.
Capítulo 11: Bruce Bogtrotter y la tarta
En este capítulo, la directora Trunchbull convoca a todos los estudiantes en el salón de actos después del almuerzo. La atención se centra en Bruce Bogtrotter, a quien la Trunchbull acusa de robar y comerse un trozo de su tarta de chocolate. Bruce, ante la imposición, se ve obligado a comerse toda la enorme tarta en el estrado delante de sus compañeros.
A pesar de la desconfianza inicial, Bruce sorprende a todos al comer la tarta con tenacidad. La audiencia, que esperaba un desastre, comienza a animarlo. Bruce logra comer toda la tarta, ganándose el aplauso y el júbilo de sus compañeros. Sin embargo, la Trunchbull, furiosa por su «derrota», arroja la fuente vacía sobre la cabeza de Bruce. Aunque el chico queda cubierto de trozos de tarta, mantiene una sonrisa de triunfo.
La Trunchbull, en un arrebato de ira, abandona el estrado, dando fin a un episodio inusual pero impactante en la escuela Crunchem Hall.
Capítulo 12: Lavender
En la mitad de la primera semana del primer curso de Matilda, la señorita Honey revela importantes noticias a sus alumnos. Les informa que la directora, la temida señorita Trunchbull, tomará el control de la clase al menos una vez a la semana. Cada clase tiene asignado un día y una hora específicos, y la clase de Matilda será relevada los jueves a las dos de la tarde.
La señorita Honey proporciona instrucciones precisas sobre cómo comportarse durante la visita de la directora. Advierte sobre la estricta naturaleza de la señorita Trunchbull y destaca la importancia de mantenerse limpios y responder correctamente. La clase debe prepararse para ser interrogada sobre la tabla de multiplicar por dos, y la señorita Honey insta a los alumnos a estudiarla diligentemente en casa.
Además, la señorita Honey asigna a Lavender la tarea de preparar una jarra de agua y un vaso para la directora. Lavender, emocionada y nerviosa, acepta la responsabilidad. Por la tarde, Lavender ideará un plan ingenioso. En su jardín, captura una salamandra acuática para llevar a cabo su plan secreto y se sumerge en la estrategia con la determinación de convertirse en una heroína de la clase.
Al día siguiente, Lavender, temblando de emoción, ejecuta su plan. Llena la jarra de agua y, con astucia, coloca la salamandra en un estuche en su pupitre. La clase espera ansiosa el momento en que la señorita Trunchbull tome el control, sin saber lo que Lavender ha urdido en su intento por hacer frente a la temible directora.
Capítulo 13: El examen semanal
La clase se prepara para el examen semanal bajo la temida supervisión de la señorita Trunchbull. La directora entra en la clase con su imponente presencia y comienza a inspeccionar a los niños, criticándolos de manera despectiva. Después de un incidente con un alumno llamado Nigel, en el cual la Trunchbull lo levanta del suelo sujetándolo por las orejas, procede a evaluar el conocimiento de los niños en deletrear palabras y en las tablas de multiplicar.
La Trunchbull continúa humillando a los niños y, en un momento tenso, agarra a un niño llamado Eric Ink por las orejas, lo suspende en el aire y lo obliga a deletrear la palabra «que». A pesar de los riesgos, algunos niños desafían a la Trunchbull, como Matilda, quien revela haber leído «Nicholas Nickleby» de Dickens, desatando la ira de la directora. La Trunchbull amenaza con vigilar de cerca a Matilda, sugiriendo un conflicto futuro entre ambas.
El capítulo destaca la brutalidad de la Trunchbull y el coraje de algunos niños ante su comportamiento abusivo, lo que añade un elemento de tensión a la trama.
Capítulo 14: El primer milagro
Matilda se sienta en su pupitre. La Trunchbull se sienta también tras la mesa de la profesora, siendo la primera vez que se sentaba durante la clase. Alargó una mano y agarró la jarra de agua.
Sujetando la jarra por el asa, pero sin levantarla aún, la Trunchbull expresó su repulsión hacia los niños pequeños, comparándolos con insectos y compartiendo su deseo de deshacerse de ellos. La clase reaccionó con horror mientras la directora imaginaba métodos extravagantes para eliminar a los niños pequeños, como un pulverizador gigante o grandes papamoscas.
La señorita Honey intervino desde el fondo de la clase, calificando la propuesta como poco graciosa. La Trunchbull reveló su deseo de crear una escuela sin niños pequeños, mostrando su desprecio hacia ellos.
La situación escaló cuando la Trunchbull levantó la jarra para beber agua, y una salamandra cayó en el vaso. El caos se desató en la clase, con gritos y señalamientos. Matilda, acusada injustamente, se vio confrontada por la Trunchbull, quien la amenazó con expulsarla y enviarla a un reformatorio.
Matilda, experimentando una extraña sensación de poder, concentró su mirada en el vaso con la salamandra. Con una fuerza invisible, logró que el vaso se tambaleara y volcara sobre la Trunchbull, causando una reacción violenta de la directora. La clase se unió en defensa de Matilda, negando su culpabilidad y acusando a la Trunchbull.
La Trunchbull, furiosa, abandonó la clase, y la señorita Honey anunció el final de la lección, permitiendo a los niños ir al patio y esperar a sus padres.
Capítulo 15: El segundo milagro
Matilda, después de la extraña experiencia con el vaso en clase, decide confiarle el secreto a alguien y elige a la señorita Honey como confidente. Sabiendo que ni sus padres ni la directora comprenderían el extraordinario suceso, Matilda busca a la única persona en la que confía.
En una conversación privada con la señorita Honey, Matilda le revela que fue ella quien provocó el vuelco del vaso con un animal dentro, utilizando sus ojos y su deseo. Matilda explica que estaba tan enfadada por ser acusada injustamente que canalizó su enojo para realizar el acto, convencida de que la señorita Trunchbull merecía ser castigada.
La señorita Honey, inicialmente escéptica, se sorprende al escuchar la historia y se muestra interesada en entender la habilidad única de Matilda. Matilda, para demostrar su capacidad, realiza el «segundo milagro» en frente de la señorita Honey al hacer que el vaso vuelque de nuevo, confirmando así sus extraordinarios poderes.
La maestra, asombrada, invita a Matilda a merendar a su casa y la niña acepta encantada. Durante la experiencia, Matilda describe cómo canalizó su pensamiento y voluntad a través de sus ojos para influir en el vaso. La señorita Honey, a pesar de su asombro, se muestra comprensiva y dispuesta a ayudar a Matilda a comprender mejor su don.
La escena culmina con Matilda compartiendo su sensación de volar junto a las estrellas con alas de plata durante el «segundo milagro». La señorita Honey, impactada por lo presenciado, invita a Matilda a explorar más sobre este extraordinario don en la seguridad de su hogar.
Capítulo 16: La casa de la señorita Honey
La señorita Honey recoge a Matilda después de la escuela, y ambas caminan hacia la casa de la maestra. En el camino, Matilda, repentinamente comunicativa, comparte sus pensamientos sobre su capacidad de mover objetos con la mente. La señorita Honey, intrigada y cautelosa, discute la posibilidad de que Matilda sea excepcionalmente precoz y que su capacidad intelectual esté relacionada con sus habilidades únicas.
Llegan a la casa de la señorita Honey, una pequeña vivienda que contrasta con la imaginación de Matilda. La maestra revela su vida sencilla y cómo se las arregla en su hogar. Mientras preparan la merienda en la modesta cocina, la señorita Honey continúa expresando su fascinación por el extraordinario poder de Matilda y la necesidad de proceder con cuidado en su exploración.
Se trasladan al cuarto de estar, que sorprende a Matilda por su extrema simplicidad. La señorita Honey plantea preguntas sobre el alcance real del poder de Matilda y la posibilidad de mover objetos a distancia. La conversación revela la curiosidad y preocupación de la maestra sobre la naturaleza de este fenómeno, mientras Matilda está emocionada por la perspectiva de explorar aún más sus habilidades.
Capítulo 17: La historia de la señorita Honey
La señorita Honey invita a Matilda a su casa y comparten una taza de té. Matilda, curiosa, cuestiona la situación económica de la maestra, sugiriendo que podría ser pobre. La señorita Honey revela su difícil pasado, marcado por tragedias y abusos.
La señorita Honey cuenta que perdió a su madre a los dos años y fue criada por su tía soltera, una persona desagradable. A los cinco años, su padre falleció en circunstancias misteriosas, creando una relación opresiva con su tía, quien se convirtió en su tutora legal y dueña de la casa.
La narrativa revela el control tiránico de la tía sobre la señorita Honey, quien se convierte en una esclava doméstica. A pesar de ser una brillante estudiante, se le niega la posibilidad de ir a la universidad. Con el tiempo, la tía la obliga a trabajar como maestra y le exige devolverle su salario para cubrir supuestos gastos pasados.
La señorita Honey, finalmente, narra su valiente escape de la tiranía al alquilar una pequeña casa. Matilda queda impresionada por la fortaleza de la maestra, quien ha vivido modestamente con una libra a la semana. Aunque admira su valentía, Matilda se preocupa por el futuro de la señorita Honey y sugiere buscar ayuda legal para recuperar su herencia.
El capítulo culmina con la revelación de que la tía opresora de la señorita Honey es la señorita Trunchbull, la directora temida de la Escuela Crunchem. Matilda comprende la conexión entre ambas figuras y se prepara para desafiar a la autoridad de la señorita Trunchbull.
Capítulo 18: Los Nombres
Matilda, sorprendida al descubrir que la tía de la señorita Honey es la temible señorita Trunchbull, comparte con la maestra las brutales experiencias que vivió bajo su cuidado. La señorita Honey revela los abusos sufridos, como obligarla a bañarse sola y sumergirle la cabeza en el agua si no lo hacía correctamente. Matilda, con empatía, se interesa por los poderes especiales de la señorita Honey y sugiere experimentos.
La señorita Honey, agradecida por la comprensión de Matilda, decide dejar de hablar sobre su pasado y se centra en los extraordinarios talentos de la niña. Matilda, inesperadamente, rechaza la propuesta de experimentos y expresa su deseo de reflexionar en casa. Ambas caminan en silencio, y al llegar a la casa de Matilda, la niña revela su intención de seguir pensando en el tema.
Matilda realiza tres preguntas clave sobre los nombres utilizados por la señorita Trunchbull y su padre, confirmando que en su casa la llamaban Magnus, a la señorita Trunchbull Agatha, y a la señorita Honey Jenny. Matilda agradece y promete no hablar más del tema, pero la señorita Honey, preocupada por las intenciones de la niña, le advierte que no haga tonterías. Matilda, riendo, se despide y agradece a la señorita Honey por la merienda antes de irse corriendo.
Capítulo 19: La práctica
Matilda, encontrándose sola en casa, decide poner en marcha su plan para ayudar a la señorita Honey utilizando su peculiar habilidad para mover objetos con la mente. Con determinación, entra en su dormitorio, toma un puro de la caja de su padre y comienza a practicar el control de sus poderes oculares.
Matilda se esfuerza por mover el puro utilizando el poder de sus ojos. Con sorpresa y satisfacción, logra hacerlo rodar y finalmente levantarlo en el aire. Con cada intento, perfecciona sus habilidades, aumentando la distancia y duración en la que puede mantener el objeto suspendido.
La protagonista practica intensamente durante días, y seis días después, alcanza un logro asombroso. Ahora puede no solo levantar el puro en el aire, sino también controlar su movimiento a voluntad. Emocionada por su éxito, Matilda se da cuenta de que está lista para poner en marcha su gran plan para ayudar a la señorita Honey.
Capítulo 20: El tercer milagro
El capítulo comienza con la anticipación y el temor de los alumnos de la señorita Honey, ya que la directora Trunchbull se hará cargo de la clase después del almuerzo. La maestra advierte a los niños sobre la importancia de comportarse bien, recordando incidentes pasados.
La señorita Trunchbull entra en la clase de manera imponente y realiza una revisión peculiar del agua en su jarra antes de comenzar la lección. Decide evaluar el conocimiento de los niños sobre la tabla del tres de una manera inusual, pidiendo a Wilfred que la recite al revés. La tensión aumenta cuando la Trunchbull critica la enseñanza de la señorita Honey.
Matilda, desde su pupitre, observa todo con atención. La Trunchbull realiza preguntas absurdas y humilla a los niños por sus respuestas. En medio de la lección, Nigel señala sorprendido que la tiza se mueve sola y escribe en la pizarra. La Trunchbull se desconcierta al ver su nombre escrito y entra en pánico.
La Trunchbull se desmaya, y la clase, junto con la señorita Honey, reacciona con asombro. Matilda, quien parece estar conectada de alguna manera con el evento, se siente exultante. La enfermera y otros profesores llegan para llevarse a la Trunchbull, mientras los alumnos van al patio. Antes de salir, Matilda recibe un abrazo y un beso afectuoso de la señorita Honey.
Capítulo 21: Un nuevo hogar
Ese mismo día, se difunden noticias de que la directora se ha recuperado de su desmayo y ha abandonado la escuela con expresión tensa. Al día siguiente, la señorita Trunchbull no asiste a la escuela, y el director suplente, el señor Trilby, se preocupa al no obtener respuesta al llamar a su casa.
Después de las clases, el señor Trilby investiga y se dirige a La Casa Roja, la residencia de la señorita Trunchbull. Al no recibir respuesta, entra y descubre que la casa está vacía, aunque todos los muebles están en su lugar. Informa a los administradores de la escuela sobre la desaparición de la directora.
Al día siguiente, la señorita Honey recibe una carta certificada informándole sobre el testamento de su padre. Descubre que es la legítima propietaria de La Casa Roja, la casa que ocupaba la señorita Trunchbull, y hereda los ahorros de toda su vida. La señorita Honey realiza los trámites para transferir la propiedad y el dinero a su nombre.
Matilda se convierte en una visitante frecuente de La Casa Roja y desarrolla una estrecha amistad con la señorita Honey. En la escuela, con la partida de la señorita Trunchbull, se nombran nuevos directores y Matilda es trasladada al curso superior, donde su brillantez es reconocida por la señorita Plimsoll.
En una tarde en La Casa Roja, Matilda comparte con la señorita Honey que ha perdido sus habilidades telequinéticas. La maestra sugiere que su cerebro ahora está ocupado con los desafíos de la clase superior. Matilda expresa su alivio por dejar de hacer «milagros».
Mientras disfrutan de la tarde, Matilda comparte curiosidades sobre la frecuencia cardíaca de animales, y la señorita Honey disfruta de la compañía de la niña. Sin embargo, la felicidad se ve interrumpida cuando Matilda llega a casa y descubre que su familia se está mudando a España. Su padre, vinculado con actividades ilegales, decide huir. Matilda, desesperada, corre a La Casa Roja y pide a la señorita Honey que le permita quedarse con ella.
La señorita Honey acepta la petición de Matilda, pero señala que no puede quedarse sin el consentimiento de sus padres. Matilda corre hacia su casa para confrontar a sus padres antes de que se vayan. En un giro inesperado, su padre, apurado por tomar un avión, le da permiso a regañadientes. La familia se va sin mirar atrás, dejando a Matilda con la señorita Honey, marcando el comienzo de una nueva vida para la niña.
Análisis de los personajes en el libro
Matilda Wormwood
Matilda, la protagonista de la obra, es una niña extraordinariamente inteligente y dotada de habilidades telequinéticas. A pesar de provenir de una familia disfuncional, Matilda demuestra una increíble determinación y valentía. Su amor por la lectura y la búsqueda de conocimiento la llevan a descubrir su poder especial.
Miss Honey (Señorita Honey)
La señorita Honey es la amable y comprensiva maestra de Matilda. A lo largo de la historia, se revela que también ha sufrido traumas en su pasado a manos de su tía, la señorita Trunchbull. Su conexión con Matilda va más allá de la enseñanza, y juntas forman un vínculo especial lleno de afecto y apoyo mutuo.
Mr. Wormwood (Señor Wormwood)
El padre de Matilda, el señor Wormwood, es un personaje grosero y despectivo. Se dedica a estafar a la gente vendiendo autos usados defectuosos. Su falta de interés en la educación de Matilda y su trato negligente hacia ella son aspectos destacados de su personalidad.
Mrs. Wormwood (Señora Wormwood)
La madre de Matilda, la señora Wormwood, es una mujer obsesionada con su apariencia y su participación en competiciones de baile. Similar al señor Wormwood, muestra una clara falta de interés en su hija y la trata con indiferencia.
Miss Trunchbull (Señorita Trunchbull)
La directora de la escuela, la señorita Trunchbull, es la antagonista principal de la obra. Es una figura temible y abusiva, conocida por su brutalidad hacia los estudiantes. Su relación con Miss Honey y su comportamiento cruel crean un conflicto central en la trama.
Bruce Bogtrotter
Bruce es uno de los compañeros de clase de Matilda y se destaca en una escena icónica donde desafía a la señorita Trunchbull al comerse un enorme pastel. Su valentía muestra la resistencia de los niños contra la autoridad opresora en la escuela.
Lavender (Lavanda)
Lavender es otra compañera de clase y amiga de Matilda. Participa en travesuras para desafiar a la señorita Trunchbull y apoya a Matilda en su búsqueda de justicia. Su ingenio y valentía contribuyen al tono rebelde de la historia.
Michael Wormwood
Michael, el hermano mayor de Matilda, es retratado como un joven holgazán y poco inteligente. A menudo sigue las travesuras de su padre y muestra poco interés en la educación o el bienestar de Matilda.
Comentario de texto de la la obra
AUTOR Y ÉPOCA LITERARIA:
«Matilda» es una obra icónica escrita por Roald Dahl, un autor británico conocido por sus obras infantiles y juveniles. Publicada en 1988, la novela pertenece a la época contemporánea y ha dejado una marca perdurable en la literatura infantil.
TEXTO Y OBRA:
«Matilda» es una obra maestra que narra la historia de Matilda Wormwood, una niña prodigio con habilidades telequinéticas. La trama se desarrolla en un entorno familiar disfuncional y en la escuela, donde Matilda enfrenta desafíos, pero también descubre su extraordinario potencial. La novela destaca por su tono humorístico y su capacidad para tocar el corazón de los lectores jóvenes y adultos por igual.
GÉNERO LITERARIO:
Al igual que otras obras de Roald Dahl, «Matilda» se inscribe en el género de la literatura infantil y juvenil. Dahl utiliza su narrativa ingeniosa y su estilo único para abordar temas importantes de una manera accesible para los niños. La obra equilibra hábilmente la fantasía y la realidad, creando un mundo que cautiva la imaginación de los lectores.
FORMA:
La narrativa de «Matilda» se presenta en tercera persona, permitiendo a los lectores obtener una visión completa de la vida de Matilda y su entorno. El uso de diálogos y descripciones vívidas contribuye a la construcción de personajes y al desarrollo de la trama. La obra se divide en capítulos que siguen el crecimiento y las aventuras de Matilda.
CONTENIDO:
El núcleo de «Matilda» gira en torno al tema del empoderamiento personal y la resistencia frente a la adversidad. Matilda, a pesar de sus difíciles circunstancias familiares, demuestra una inteligencia excepcional y una determinación inquebrantable. La novela aborda la importancia de la educación, la valentía y la amistad.
CONCLUSIÓN:
«Matilda» destaca como una obra maestra en la literatura infantil, capturando la imaginación de generaciones de lectores. Roald Dahl presenta una historia entrañable que aborda temas profundos con humor y sensibilidad. La capacidad del autor para crear personajes memorables y transmitir lecciones de vida valiosas es evidente en cada página de esta novela.
En mi opinión, «Matilda» es una joya literaria que perdura en el tiempo. La combinación de la narrativa ingeniosa de Dahl y la historia conmovedora de Matilda la convierten en una lectura obligada para todas las edades. La obra no solo entretiene, sino que también inspira a los lectores a abrazar su singularidad y a enfrentar los desafíos con determinación.