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Bodas de sangre: resumen

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Os traemos otra obra de Federico García Lorca, en este caso se trata del resumen de Bodas de sangre. Como con todas las obras teatrales, os traemos un resumen general, un resumen de Bodas de sangre por actos, un análisis de los personajes y por último un comentario de texto. Aquí tienes el resumen en PDF para descargar:

Resumen de Bodas de sangre

En la Andalucía profunda, donde el sol abrasaba la tierra y los olivos se erguían como guardianes silenciosos, se preparaba una boda que marcaría el destino de tres familias. En una casa de paredes blancas y patio empedrado, la Madre, una mujer endurecida por la vida y marcada por la tragedia, ultimaba los detalles del enlace de su único hijo, el Novio.

Años atrás, la violencia se había cobrado la vida de su esposo y de su primogénito, dejando una profunda herida en su alma. El miedo a la sangre, a la muerte, se había convertido en su sombra, en una obsesión que la consumía. La boda del Novio era un rayo de luz en medio de la oscuridad, una promesa de continuidad, pero también un recordatorio constante del peligro que acechaba.

El Novio, ajeno a los temores de su madre, se mostraba radiante ante la perspectiva de casarse con la Novia, una joven de extraordinaria belleza que vivía en un lejano cortijo rodeada de viñedos. La Novia, a su vez, sentía una mezcla de alegría e inquietud. El recuerdo de Leonardo Félix, un antiguo amor que nunca llegó a concretarse, turbaba su corazón.

imagen dentro del post bodas de sangre resumen final

Leonardo, casado con una prima de la Novia y padre de un niño pequeño, se debatía entre el deber y la pasión. La noticia del enlace había despertado en él un torbellino de emociones, reavivando la llama de un amor que creía olvidado. Su esposa, la Mujer, percibía la agitación de Leonardo, sus miradas esquivas, sus silencios cargados de significado. Un presentimiento oscuro la invadía, pero callaba, sometida a la voluntad de su marido.

La víspera de la boda, en la casa de la Novia, reinaba un ambiente de nerviosismo y expectación. La Criada, con su alegría contagiosa, intentaba aliviar la tensión, ayudando a la Novia a vestirse con el traje nupcial, un traje blanco que simbolizaba la pureza y la esperanza, pero que no lograba ocultar la sombra de la tristeza que empañaba su mirada.

En medio de los preparativos, Leonardo apareció en la casa. Impulsado por una fuerza irresistible, buscaba un último encuentro con la Novia. A solas, en la penumbra de una habitación, las palabras fluyeron como un torrente, confesando un amor imposible, un deseo que los consumía. La Novia, con el corazón dividido, se debatía entre la lealtad a su prometido y la pasión que Leonardo despertaba en ella.

Llegó el día de la boda. La iglesia, adornada con flores blancas, se llenó de invitados. La Madre, vestida de negro riguroso, observaba con atención a los presentes, buscando cualquier indicio de peligro. La Novia, con el rostro pálido y la mirada perdida, avanzaba hacia el altar del brazo de su padre. Leonardo, presente entre los invitados, luchaba por disimular su angustia.

Tras la ceremonia, la celebración se trasladó a la casa del Novio. La música, el baile, el vino, creaban una atmósfera de alegría y jolgorio. Pero bajo la superficie festiva, la tensión se palpaba en el ambiente. La Madre, con su instinto maternal agudizado, no apartaba la vista de Leonardo, cuya presencia la inquietaba. La Novia, atrapada en una red de emociones contradictorias, se mostraba ausente, como si su mente estuviera en otro lugar.

En un momento de descuido, aprovechando la confusión de la fiesta, la Novia y Leonardo escaparon juntos. A lomos del caballo de Leonardo, se adentraron en la noche, huyendo de un destino que les había sido impuesto. El Novio, al percatarse de la fuga, fue presa de una ira incontenible. Montó en su caballo y, seguido de la Madre y un grupo de hombres, se lanzó en persecución de los amantes.

La noche se cerraba sobre los campos andaluces, creando un ambiente propicio para la tragedia. La luna, una presencia fantasmal en el cielo estrellado, iluminaba el camino de los perseguidores. En lo más profundo del bosque, Leonardo y la Novia, acorralados y sin escapatoria, se enfrentaron a la muerte. El Novio, cegado por la sed de venganza, se batió en duelo con Leonardo. La sangre, una vez más, regó la tierra.

El amanecer trajo consigo la desolación. La Madre, destrozada por el dolor, recibió la noticia de la muerte de su hijo. La Novia, con el vestido manchado de sangre y la mirada perdida, regresó al hogar, cargando con el peso de la culpa y la tragedia. La Muerte, en la figura de una anciana mendiga, recogía los cuerpos sin vida, poniendo fin a una historia de amor, pasión y muerte.

Bodas de sangre: resumen por actos

Análisis de los personajes de Bodas de Sangre

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